Generalmente hacia el final del periodo de estudios aparece la pregunta ¿Y ahora que termines de estudiar qué vas a hacer? En realidad la respuesta a esto sería, ascender en el trabajo para el común denominador, pero hay quien con una filosofía diferente, considera que nunca dejará de estudiar, lo único que hace falta es decidir qué estudiar enseguida. De esto podemos decir que la educación efectivamente no termina, sólo cambia de forma.
Si aún no estamos en sintonía lee esto… no importa si continúas
o no con posgrados, sencillamente no dejamos de aprender. Nos convertimos en estudiantes de
nuestro mundo, viajamos a nuevos lugares, conocemos gente
interesante, leemos más libros, meditamos, reflexionamos acerca de quiénes
somos y hacia dónde vamos y el objetivo de nuestras vidas, y en quién nos
estamos convirtiendo. Esto, por supuesto que ofrece a tu alma, la calma que
necesita en el mundo donde dichas prácticas cada vez parecen más obsoletas.
El mundo del trabajo cambia, las compañías se están volviendo más pequeñas. Las organizaciones se encogen y el outsourcing es la práctica más común en busca de la mejor alternativa para reducir riesgos. Lo cual sigue suponiendo una excelente oportunidad para la clase trabajadora… ¿Tú crees?
El mercado laboral no es maravilloso, y probablemente no se pondrá mejor en los próximos años. No soy fatalista pero no soy yo quien lo dice, los especialistas en economía global hacen eco una y otra vez al respecto. Para muestra un botón, las estadísticas auguran que para el 2020 alrededor del 50 por ciento de la población trabajadora, será freelancer, sin un trabajo fijo pero con un robusto portafolio de bondades que proveerán un modus vivendi.
¿Esto no son buenas noticias?
Sería bueno pasar un poco más de tiempo aprendiendo quiénes
somos realmente. A veces no logramos encontrar nuestro proyecto de vida, y es
que solemos pasar más tiempo buscándolo cuando lo que debemos hacer es crearlo.